¡Encontrado el gen de la obesidad femenina! Causada por mutación genética

Las mujeres de mediana edad siempre sienten que tienen una capa extra de grasa en el cuerpo. Después de un invierno, ya no pueden usar vaqueros. Estas situaciones son muy problemáticas. Si además tienes un físico propenso a engordar, quizás puedas achacarlo a tus genes congénitos. En un estudio, los científicos analizaron el ADN para identificar mutaciones genéticas que pueden causar obesidad tanto en hombres como en mujeres, lo que ayudará a evaluar más a fondo las causas de la obesidad y mejorarlas.

Mutación del gen MMP2 en mujeres

Según el British Telegraph, investigadores de la Universidad de Maastricht en los Países Bajos rastrearon el aumento y la pérdida de peso de más de 5.000 hombres y mujeres durante 10 años y luego analizaron su ADN para encontrar los genes que causan la obesidad. Los resultados de la investigación revelaron que la versión mutada del gen "MMP2" es particularmente común en mujeres obesas, pero no en hombres. El investigador Dr. Freek Bouwman afirmó que al menos el 30 % de las mujeres son portadoras de un gen MMP2 dañado, lo que implica una aceleración del desarrollo de tejido adiposo, aumentando así la probabilidad de un aumento de peso superior a 6,35 kg (1 piedra).

La influencia del gen FTO en la obesidad masculina

En los hombres, el gen FTO es clave para la obesidad. Estudios previos han demostrado que las personas con el gen FTO tienen un 70 % más de riesgo de padecer obesidad; son más propensas a consumir alimentos ricos en calorías y azúcares, con un aumento promedio de la ingesta calórica diaria de aproximadamente 100 calorías, y la probabilidad de ganar 66 kg es aproximadamente el doble.

Congreso Europeo sobre Obesidad celebrado en Liverpool. La razón por la que los genes FTO y MPP2 difieren entre sexos se debe principalmente a la influencia de las hormonas sexuales. Los resultados de este estudio ayudarán a estimar quiénes son propensos a la obesidad en el futuro, pero esto no significa que la obesidad pueda atribuirse completamente a los genes. Los ajustes en la dieta y el ejercicio aún pueden reducir el impacto de los factores innatos.